lunes, 11 de mayo de 2015

Un paseo por el Seguro Social (IMSS), contado por dos gatos

Como algunos saben, a nuestra humana le realizaron una artroscopia de rodilla en un hospital privado hace poco más de un mes.  A los 4 días de haber sido operada se presentó en su clínica familiar (IMSS) a solicitar la incapacidad… Por lo que cuenta, el Seguro Social es como una bola de estambre después de haber sido utilizada por 2 bigotones como nosotros. El lugar no tiene ni pies ni cabeza. Entonces, si nunca has tenido la experiencia de ir al IMSS por incapacidad, y estás a punto de necesitarla, te damos algunos tips:

1.       Si tienes planeada la operación con un médico privado, avisa antes al Seguro para que manden a alguien al hospital donde te operarás y que verifiquen que, efectivamente, necesitarás la incapacidad. De lo contrario, ésta tarda entre uno y dos meses para ser autorizada, pues es una incapacidad retroactiva.

2.       Cuando llegues a tu clínica familiar ten mucha paciencia. Llévate un libro, sopa de letras, el tejido (mmmm, ¡estambre!), macramé, repujado, o lo que sea que te haga feliz por al menos 3 horas de espera.
 
 

3.       No olvides ningún documento o te retachan. El carnet es lo más importante. Saca fotocopia de todos tus documentos (al menos 4 copias de tu identificación oficial; 3 de la primera hoja de tu carnet, donde viene la foto; 2 de la hoja firmada por tu médico en donde explica tu padecimiento, la cirugía que se realizó y el número de días que debes estar en reposo). En algún momento te harán sacar copia de algo a dos cuadras de la clínica.

4.       Algunas clínicas no tienen elevador, ni rampas, ni nada para facilitar el acceso o subida a personas con alguna discapacidad, lesión u operación.  Como algunos consultorios están en la parte de arriba, te “obligan” a subir. De hecho, verás cómo entre varias personas cargan a los humanitos de la tercera edad con todo y silla de ruedas. Los Derechos humanos son casi nulos. Así es que si vas con la pata operada, NO SUBAS, haz que baje el o la doctora, o que te atiendan en otro consultorio. Tu salud es primero.

5.       Recuerda que el Seguro NO ES GRATIS, lo pagas con tu trabajo, así es que tienes todo el derecho a exigir un buen trato.

6.       Si tienes la “suerte” de nuestra humanita, te tocará una doctora novata desorientada, quien te hará subir a una camilla, te quitará la férula como si estuviera desenvolviendo un tamal oaxaqueño y, con las manos sucias, exprimirá tus heridas para ver si no están infectadas. Si no estaban infectadas, seguro ella ya te hizo “el favor”. Pero con un lengüetazo de gato se soluciona el problema.

7.       Es raro que los doctores hagan contacto visual (los gatos tenemos que darles unas clasecitas), pues todo el tiempo escriben en la computadora. Te preguntan algo y, aunque tu respuesta haya sido “si” o “no”, escriben, escriben, escriben, escriben, escriben como si estuvieran redactando una novela.

8.       La incapacidad la otorgan por bloques de 7 días, es decir, tienes que estar yendo una vez a la semana a solicitarla nuevamente. Y cada que vas deberás esperar al menos 2 horas. No todos los médicos ahí tienen sentido común, otros sí, como la doctora que atendió a nuestra humana semanas más tarde, y le daba 14 días. Ojo, cada que cobres tu incapacidad en el banco, deberás llevar copia de tu identificación oficial.
 
 

9.       Si te dan pase para que un especialista te cheque, tendrás que ir al hospital que te haya tocado. Por ejemplo, a nuestra humana la mandaron al de Ortopedia. No puedes hacer la cita por teléfono, tienes que ir, y te agendan, si te va bien, para dentro de un mes. Ten calma.

10.   Cuando llega el día de asistir a la cita con el especialista, debes inhalar paz, y exhalar odio. Algunos hospitales del Seguro no cuentan con estacionamiento. Aunque usted no lo crea, el de ortopedia NO cuenta con estacionamiento, y ves a todos con la pata de palo haciendo un esfuerzo sobrehumano para llegar con el médico. Siendo gato, caminas rápido con 4 patas, pero ustedes los humanos se las tienen que arreglar con 2, y si una está defectuosa, ya se amolaron.

11.   Te recibe el “médico”, te revisa, en este caso la rodilla, y concluye, por sus pistolas, que tu operación fue un fracaso y que es probable que él tenga que volver a operarte (nuestra humana dice que le mandará una foto, pues ella no piensa regresar). También te comenta que la recuperación sólo será del 70%, jamás llegarás al 100%, y que siempre sentirás dolor.

12.   Saldrás con depresión de ese consultorio pensando que todo el esfuerzo que has hecho para rehabilitarte está a punto de irse por el caño, pero no te agobies, pues cuando le cuentes a tu médico privado todo lo que te dijo el del Seguro, soltará una carcajada contagiosa que te hará sentir mucho mejor.

13.   Regresarás a tu clínica familiar, pues como el “especialista” no te operó, no puede darte seguimiento, sólo recomendará terapia, que seguramente ya tomas con otro médico privado. Si te hubieras esperado el mes que se tardaron en darte cita, tu pata ya tendría telarañas.
 
 

14.   La doctora que te atiende en la clínica familiar revisará el reporte del “especialista” y transcribirá TODO lo que él escribió. Es decir, no existe un sistema en el que estén conectadas las clínicas familiares con los hospitales de especialidad. Tienen que volver a escribir palabra por palabra para generar tu archivo.

15.   Pero vas a estar bien y, en menos de lo que canta un gallo, te habrás olvidado del Seguro Social.

Nota: cada que hagas un trámite, ya sea incapacidad, consulta o pase a especialidad, te pedirán el sello de vigencia. No lo olvides.

¡Choca la pata!

Pillo & Moma

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