Según la experiencia de nuestra humana, es un hecho que la tecnología ha avanzado mucho y, gracias a ella y al profesionalismo de un buen médico, muchos humanos pueden volver a hacer sus actividades diarias y básicas sin dolor.
En nuestra opinión, con un simple
lengüetazo se cura todo.
¡Choca la pata!
Pillo & Moma
Nuestra humana dice que la
cirugía no duele, la anestesia es una maravilla, sin embargo, hay varias cosas
que no les dicen que pasarán durante la recuperación:
1. Saldrás
del quirófano un poco adormilado (a) y, al no poder moverte por los efectos de
la anestesia (imaginamos que es como el catnip), te pasarán de la camilla a tu
cama cual costal de comida para gato (sin lastimarte, claro), y mientras eso
sucede, la bata horrible de hospital se te abrirá y todos conocerán tus pompas.
Así es que si las tienes peludas como nosotros, aféitalas, los humanos se ven
raros con pelo; si las tienes resecas, ponte cremita o date unos lengüetazos;
si las tienes aguadas, aguadas las verán, y si las tienes firmes, seguro eres
un gato.
2. Al
menos las primeras horas no podrás caminar por razones que mencionaremos más
adelante, así es que, si te dan ganas de ir al baño, deberás usar el cómodo, y nuestra
humana jura que no hace honor a su nombre. Las enfermeras pueden ayudarte con ese
asunto o, si lo prefieres, pídele ayuda a quien más confianza le tengas. Lo
bueno es que, como llegaste en ayunas, tu estómago está vacío…
3. La
anestesia, además de dejarte como trapo, baja la temperatura del cuerpo, y si
le sumas que todo el tiempo debes tener compresas frías en la rodilla, serás un
pingüino durante algunas horas. Amarás las cobijas.
4. Si
te quedas internado (a) un día en el hospital, que es realmente recomendable
hacerlo, pasarás una noche diferente, pues las enfermeras entrarán cada dos
horas a checar tu presión, a darte el medicamento y a comprobar que aún esté
enfriando la hielera especial que mantiene a baja temperatura tu rodilla con la
intención de desinflamar. Prenderán la luz cada que ingresen a la habitación.
Humanas molestas.
5. Al
día siguiente desayunarás temprano, pues llegará el doctor a revisar que todo
esté en orden, y te quitará la manguera que está drenando tu rodilla (justo la
razón por la que no podías caminar). Esa manguera llega a la mitad del muslo (o
al menos esa impresión da). El médico te dirá algo así como: “sentirás que te
jalo algo desde la garganta”. No es broma, nuestra humana sintió eso. Jala la
manguera despacio, y sientes que no deja de salir, es como si tuvieras medio
metro de plástico en el cuerpo. Tal vez nuestra humana exagera… Tal vez no.
6. El
doctor vendará tu pierna y sentirás consuelo. Te pondrá una férula para dar
soporte y evitar que dobles la rodilla durante 10 días aproximadamente.
7. Ya
en casa el problema será ir al baño, y más si éste es pequeño. Harás circo,
maroma y teatro para sentarte en la taza, evitando doblar la rodilla y tratando
de que tu pata de palo quepa sin rozar la pared o la puerta. Si no cabes,
tendrás que optar por sentarte como
“princesa”, de ladito. Antes de operarte acondiciona tu baño, o compra
arena para gato.
8. Bañarte…
mmm, será complicado. Te recomendamos que te sientes en un banquito. Nuestra
humana lo hacía.
9. Cada
cuerpo es diferente, pero es probable que empieces a sentir dolor de espalda, y
la razón es la anestesia raquídea. Poco a poco irá disminuyendo.
10. Si
sufres de dolor de ciática, éste es el momento para que te dé, y no sabrás qué
duele más, si la rodilla o la nalga. ¿Los gatos tenemos nervio ciático?
11. Después
de cualquier cirugía puede darte depresión, y lloras hasta porque pasó la mosca
en sentido contrario. No te preocupes, es normal. Pronto regresarás a la
normalidad. Nosotros podemos comernos a la mosca.
12. Dicen
que la recuperación es rápida, pero esto depende de cada persona y del
padecimiento de cada quien. Si sientes que no mejoras, no te desesperes, date
tiempo. Sólo tu cuerpo sabe cómo sanar, no lo presiones, eres humano. Claro, no
te eches en tus laureles, debes hacer todo lo que el médico recomienda. Los
ejercicios y una buena actitud es el secreto para una buena recuperación. Te lo
decimos los expertos en ejercicio.
13. Es
lógico que tus músculos queden extintos, pues la falta de movimiento los deja
aguados como moco de guajolote. Tendrás que ponerte las pilas para recuperar el
cuádriceps. No es fácil, pero no te desanimes, se puede lograr con constancia.
14. La
terapia de rehabilitación de importantísima, tienes que ir diario y además
realizar los ejercicios en casa. Trata de iniciarla lo antes posible. Si
tardas, la recuperación podría ser más dolorosa.
15. Te
costará trabajo doblar y estirar la rodilla naturalmente, de hecho, sentirás
mucha rigidez en la articulación. Haz de cuenta que te la pegaron. Es doloroso
tratar de hacer los movimientos básicos, pero repetimos, es cuestión de
paciencia.
16. La
primera vez que el rehabilitador te doble la rodilla, llorarás de dolor y es
probable que recites todo el diccionario de malas palabras. Nuestra humana lo
recitó en repetidas ocasiones.
17. Si
trabajas, tendrás que pedir incapacidad y el Seguro Social te sacará canas
verdes, pero esa será otra historia (como decía la Nana Goya), no te la
pierdas.
18. Varias
veces te preguntarás: “¿En qué momento me metí en esto?" Pero si decidiste
hacerlo es porque realmente lo necesitabas, porque probaste otras alternativas
antes de la cirugía, porque el dolor te estaba quitando calidad de vida.
Recuerda, si no tienes salud, no tienes nada. No será fácil, pero seguro valdrá
la pena. Ánimo.
¡Choca la pata!
Pillo & Moma
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